domingo, 16 de diciembre de 2012

Agujeros negros [renacer]




El día que tú y yo lo perdamos todo [o lo demos todo por perdido], nos convertiremos en nada; en partículas antimateria, haciéndonos desaparecer a nosotros mismos: nuestros propios agujeros negros. Y a partir de la nada [del rigor mortis], renacer: olvidaremos los dogmas, romperemos a mordiscos los cordones umbilicales que nos atan a este feudalismo atroz y –prométemelo –retomaremos por bandera la belleza, las artes, las ciencias: entre tú y yo, provocaremos la globalización del humanismo, la vuelta al antropocentrismo, el amor a nosotros mismos. Tú serás Venus [la inteligencia pura] y yo soplaré en tu nuca para llevarte a la nueva orilla. Reviviremos una Metamorfosis [Ovidio dixit] necesaria desde hace años, haremos constitucional su Ars Amandi y echaremos a perder [porque somos agujeros negros] el pasado de castillos de naipes, mercados de humo [también negro] y caminos de perdición. Renacimiento, revolución, reforma protestante. Te necesito a mi lado: para subir el telón: para mostrar las luces: para iluminar el mundo: para atestiguar que: por encima de la barbarie económica [dogmas, feudalismo, cordones umbilicales], del esperpento especulador [alhóndigas bursátiles, burbuja inmobiliaria], y los lodos de aquellos barros [perdido todo, rigor mortis], por encima de todo, los verdaderos tipos de interés somos nosotros: [agujeros negros] de los que ni la luz puede escapar. 

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