lunes, 17 de noviembre de 2008

Aviso a navegantes

Para el que no lo sepa, este fin de semana tenemos algo que celebrar. Estaré por Córdoba y procuraré hacerme el encontradizo. Nos veremos el sábado: cena, cervezas, música y copas, ¿os parece?
Ahora sigue las instrucciones:
-Si has llegado aquí por el link que te he enviado al correo y no sueles pasarte por aquí, ya va siendo hora de que dejes un comentario y empieces a participar... (amigos para esto!)
-Si has llegado aquí por el link, pero te pasas normalmente a mantener el escaso contacto cibernético que el blog nos procura, saludos, Angie (nos vemos).
-Si has llegado aquí porque eres un ciudadano habitual,  un consejo: quedaría genial que el viernes dejaras un comentario con tu felicitación (es mi cumpleaños).
-Si has llegado aquí por casualidad, tienes todo el derecho del mundo a cerrar la ventana porque este post  no va destinado a paseantes en general. También tienes todo el derecho del mundo a leer otras entradas y decidir si te quedas un rato más por aquí.
-Si no estás en ninguna de las circunstancias anteriores, haz lo que te dé la gana.

Y que nadie pregunte cuántos.

Ea.

A.B.... cuatro días.

domingo, 16 de noviembre de 2008

La ciudad duele

Vivir lejos supone siempre tener la maleta preparada y la necesidad de volver; implica una sobredosis diaria de nostalgia, un recuerdo permanente en la retina y un estado mental dividido entre lo que estás haciendo y lo que estarías haciendo de no estar lejos.

Hay algo que llama al regreso y, normalmente, es ella. La ciudad y yo mantenemos una necesidad recíproca. Yo la necesito a ella tanto o más de lo que ella me necesita a mí,  como partes integrantes del otro. La ciudad se siente deshabitada cuando uno solo de sus habitantes se encuentra lejos, pasa lista, uno por uno, pone falta, no te olvida. Es algo que se clava y que, a veces, te obliga a reprimir alguna lágrima a golpes de llamadas telefónicas, palabras escritas, grandes esperanzas.

Al igual que la ciudad, el habitante también tiende a sentirse deshabitado, porque el asfalto, las calles, las esquinas que piensa son otras distintas a las que sus zapatos doblan. Cada paso que da tiene la certeza de que le acerca a ella; porque cada pensamiento, cada minuto cuenta... la necesidad de volver, el orgullo de pertenecer y permanecer pese a no estar, la capacidad de cerrar los ojos y estar allí, el lujo de los pequeños instantes, los días fugaces... 

La ciudad duele. 
Porque abro la puerta de la calle y no la encuentro. Subo las persianas, me asomo a los balcones, salgo a las azoteas, y ni el cielo ni las aceras me sesean.

Son días. Luego, se pasa.

viernes, 14 de noviembre de 2008

PERFECTOS DESCONOCIDOS (Ya puedes verlo)

Como ya os conté anteriormente, una gran y antigua amiga, Lola Rey, con la colaboración de Andalocio, adaptó un pequeño post que colgué aquí para convertirlo en un cortometraje. Una pequeña joyita que ahora vais a tener oportunidad de disfrutar.

Cabe destacar a los dos actores que dan vida a los personajes de la historia, en mi post llamada "Las colas". Felicidades, por tanto, a Lúa Santos y José Emilio Vera.

Cuando veais el corto no os creeréis que es sólo el segundo que esta joven cordobesa lleva a cabo. Ojalá le sirva el apoyo que desde aquí le mando para animarse con el siguiente (puedes aprovecharte de mí todo lo que quieras, de momento te da buen resultado).

Siento no poder colgarlo para visualizarlo directamente aquí, pero me ha dado problemas todo este tiempo, por eso no he puesto el post antes. Ahora visionadlo, disfrutadlo y, por apoyo a su directora, comentadlo más abajo.


Enhorabuena, Lolilla.

martes, 11 de noviembre de 2008

Lugares comunes: las calles (II)

Aquella mañana la niebla había devorado la ciudad. Sin embargo, la calzada ofrecía líneas contínuas para no perderse y el wolkswagen golf del 2003 se conocía el camino.  De vez en cuando un semáforo en rojo le ofrecía unos segundos para tomar aire, podrido y denso, gris, y retomaba la marcha entre ruido de motores, algún claxon y viandantes con el paso pesado de aquel que acaba de despertarse. Miraba los edificios en los que algunas ventanas levantaban sus persianas con la intención de eliminar las legañas mañaneras, regar las macetas y observar con cierto detenimiento el cielo, hoy inexistente, repleto de una lluvia que aún era sólo una posibilidad. Las luces encendidas dentro de los bloques de viviendas le hacían adivinar las rutinas interiores de desayuno con tostadas, de duchas de agua caliente o, tal vez, de siempre llegar tarde.

El tráfico era siempre el mismo en el Vial Norte. A veces coincidía en el carril de al lado con un rostro conocido por haber compartido atasco anteriormente; entonces el saludo era casi indetectable, una mueca apenas, en ocasiones de fastidio, otras de resignación.

Después aparcamiento cerca de la Diputación Provincial y paseo por el parque de camino a la responsabilidad del empleo estable, indefinido, oficina, ordenador. Las palomas duermen en los árboles, los vagabundos en los bancos. Los barrenderos coleccionan hojas aderezadas con tierra y en la fuente siempre flota un tapón de coca-cola. Colón siempre estuvo ahí, tanto para los que están de paso como para los que se quedan.

Él lo atravesaba de punta a punta, prometiéndose volver una tarde con más tiempo. Cruzaba un semáforo que siempre estaba rojo-peatón, compraba el periódico en el kiosko de la esquina y, acto seguido, se adentraba en Tejares con el paso firme pero sin la voluntad necesaria.

Poco después su destino se transformaba en un edificio sin color. Ocho y media de la mañana.


A.B.... paseando con los ojos cerrados.

Foto: José Mariscal (Panoramio, Google Earth)

domingo, 9 de noviembre de 2008

"Cordura", la película.

Ya tenemos el "superdefinitive trailer" de la película de la que todos hablarán... o no.

Su estreno: día 12 de Noviembre en la filmoteca de Córdoba a las 21.00.
(El día 21 de Noviembre -día de mi cumpleaños, por cierto,- en la sala Metrópolis nuevo pase, con ambientación, fiesta y copas).



Después de leer aquí las palabras del director, no hay nada más que decir. Solo desearles mucha suerte.

Si no les vemos en los Goya, seguro que los veremos en los bares.

martes, 4 de noviembre de 2008

Sin (más) palabras

Aquella noche había tenido un sueño extraño. En él, una chica con divertidos zapatos le ofrecía un cuenco con leche de vaca naranja y azul añil. Él aceptaba, se bebía todo el contenido y en pocos segundos terminaba convertido en un barrendero con traje naranja reflectante. Acto seguido, le recitaba a la chica de zapatos divertidos un poema con los versos más tristes de aquella noche. Ella dibujaba una rayuela con tiza en el suelo y ambos jugaban. Al saltar sobre el número 8, el suelo delimitado por la casilla se abría bajo los pies de él y caía al vacío de forma inevitable. Oscuridad. Vacío.

                Al despertar se juró no volver a beber. Miró al despertador. 10:07.

                Se incorporó al oír algo. Desde el espejo del cuarto del baño ella le observaba mientras se subía la falda y abotonaba los últimos botones de su blusa. Entró al dormitorio a trompicones mientras trataba con esfuerzo de calzarse los zapatos. Se apoyó en el escritorio para conseguir su objetivo. Se miraban como el que mira la contraportada de un libro del que le ha gustado el título. Ella encontró en su bolso un paquete de cigarrillos del que extrajo uno y lo encendió con tranquilidad.

-          Buenos días. –Ella, aquella desconocida.

-          Hola. –Él dibujaba una sonrisa de boca seca. -¿Te vas?

-          Sí. Somos mayorcitos, no creo que haga falta nada más, ¿no?

-          ¿Quieres que me vista y te llevo a algún lado?

Retumbó todo en su cabeza cuando ella cerró la puerta.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Fin de semana ultrasónico

Carretera y lluvia, viernes. Mi parabrisas pelea durante cuatro horas contra el incesante ataque acuático. Cuando llego, Córdoba siempre me hace sonreír, aunque mi madre tenga la pierna escayolada, hayan rapado al perro y no me haya dado tiempo a ir al recital de Ángela.

Sábado gris, algo triste. El día pasa como un viento frío, recorriendo las esquinas, escapándose de mis dedos casi casi sin querer. Mañana y tarde familiar. La noche la paso entre los amigos que pueden. Unos están fuera. Otros indispuestos. Disfruto del sábado todo lo que puedo.

La vuelta siempre es pronto, pero hoy antes de lo normal. Eso hace que el fin de semana sea un abrir y cerrar de ojos, apenas un parpadeo. Llego al piso cansado, con la sensación de que me he perdido algo, de que he cerrado los ojos un segundo y han pasado dos días. Al encender el ordenador Lola me cuenta que el recital de Ángela fue un éxito, así que desde aquí tengo que felicitarla. Desde aquí, porque apenas nos vemos, muy a nuestro pesar: 101 felicitaciones de corazón (ya sabes lo mucho que me habría gustado estar allí).

Como digo estoy cansado. Ello incide en mis ganas de seguir escribiendo. Por ello aplazo para próximas actualizaciones los siguientes temas:

- "Perfectos desconocidos"
- Estreno de "Cordura" (la peli).

Muchos muchos muchos besos para los de allí y muchos muchos muchos saludos para los de aquí.

A.B.... finde ultrasónico.