domingo, 18 de septiembre de 2016

Círculo Polar Ártico


En junio del año pasado la revista digital "El coloquio de los perros" me publicaba este poema, que forma parte del poemario inédito "Todo es vorágine". Ahora he caído en la cuenta que aún no lo tenía colgado por aquí. Agradecer, tal y como hice por aquel entonces, a los responsables y "culpables" del Coloquio. La revista la encontráis aquí.

66º 33' 45 '', latitud norte.


Ha vuelto a amanecer
sin que se hiciera de noche
y tú contraatacas al frío.
Encendiendo hogueras en mi piel,
te ríes de las hipotermias y mi epidermis,
y nos disponemos a generar
nuestra propia aurora boreal,
-nosotros, arquitectos de luz,
luciérnagas de bajo coste-
con el riesgo de caer en picado
en la más ciega de las sinestesias
o el más absoluto caos.

Como cada vez que te levantas
y me dejas la piel así, como desordenada,
con tus caricias distribuidas en laberinto
-un caos llamado cuerpo en llamas-
y acudes al frigorífico, al rescate
de una boca incandescente,
de un sabor a desierto y a verano,
y en mi soledad, la cama es el ártico,
tu ausencia un iglú con goteras
y el lapón un idioma muy difícil
para lo que tú tardas en llegar
y derretirlo todo.
Todo.

Hasta la escarcha.