martes, 20 de julio de 2010

No sueño contigo

Normalmente no sueño contigo. Sueño más con estrellas blancas reflejadas sobre el río grande, con rutinas retomadas de jazz y café, con sombras y noches a 30˚ y viernes a mediodía de tabernas oscuras, cañas, alguna tapa, bullicio. No sueño contigo normalmente. Si lo hago, siempre apareces en calles empedradas, Céspedes, Deanes o Almanzor, o en lugares de mi pasado donde nunca estabas, o compartiendo conmigo uno de los kebabs más buenos del mundo. Sueño con cotidianas madrugadas deambulando entre Colón y Capitulares, con azahares en Mayo y lluvias en Otoño, con una norma no escrita que nos reúna, sábado tras sábado, semana tras semana, a aquellos que consideramos amigos, con retornos periódicos a este punto actual para escapar del probable Stendhal experimentado en el lugar donde se me cumplen los deseos.  Normalmente no sueño contigo. Lo que quiero contigo se cumple a diario. Todo lo demás sí tengo que seguir soñándolo.

martes, 6 de julio de 2010

Evento catastrófico


Hay un problema de espacio. En Marzo de este año, investigadores de la Universidad de Durham descubrían un “evento catastrófico” en el universo que ocurrió quién-sabe-cuándo en la Constelación Ursa, muy lejos de “nuestra” Vía Láctea. Hay un problema de espacio, dicen.
La galaxia quedó paralizada hace mucho tiempo, obstruida, como una fábrica oxidada en mitad de la nada.
El espacio no es el problema, sino la inactividad. Lucho contra mi propio “evento catastrófico”, necesito seguir produciendo estrellas, buscar las ilusiones necesarias entre todos los residuos y escombros de esta galaxia cotidiana, continuar viajando a años luz. Siento esta necesidad desde el Big Ban y aquel día en que mi conciencia nació de la nada.