jueves, 23 de mayo de 2013

Las siete revueltas


Ocultarnos en las sombras y remolonear
entre caricias y eternidades que suceden
en la sinuosidad de los silencios
de un beso sin domesticar.
Perdernos en la espiral para poder
encontrarnos a solas.

Tú no conoces la salida y yo
puedo haberla olvidado.

Balancearte conmigo en el vaivén,
contarlas de una en una,
hasta seis [jamás hallaré la que me falta]
y acabar desubicados del mundo y la historia
y los planes de ordenación urbana.

Hay un vals oculto en el empedrado.
Solo tienes que contar conmigo.          [Un, dos, tres… un, dos, tres]

Adentrarnos en el retorcido trazado
de revueltas y solares y casas abandonadas
para quedar atrapados en el maravilloso bucle
de tus risas, mis raíces y este antiguo cielo,  
de la vida precisa en el aquí y el contigo.

Buscar la revuelta perdida.
Perdernos en Santiago.