martes, 3 de marzo de 2009

Paseos por la ciudad II: Paseos pasados imposibles.

Te buscaría por San Lorenzo, vagando por las calles adoquinadas del barrio que me vio hacerme mayor. Podría encontrarte en el exterior, en la parte de atrás, por ejemplo, en el ábside, contando modillones de rollos o imaginando los colores de las vidrieras reflejados en el interior por el sol del mediodía. Después te cogería de la mano y nos alejaríamos dándole la espalda a la espalda de la iglesia. Nos refugiaríamos en la calle del Trueque, donde te cambiaría un beso por una sonrisa y decidiríamos dirigirnos a San Juan de Letrán. 

Calle Montero y Rivas y Palma, donde los adoquines no existen nunca y donde cada casa esconde una historia antigua de humildad y noches de carnaval. La calle Costanillas serpentea buscando la Piedra Escrita donde siempre paro a beber agua libando de la boca de un león. Tú me mirarías, yo sonreiría y el agua me empaparía entero, facilitando la existencia del mediodía de marzo. Bajaríamos de nuevo por Cárcamo hacia San Agustín, donde siempre me preguntaré por qué no le lavan la cara nunca. Por Rejas de Don Gome, venceríamos la tentación de entrar a Viana pero no la de mirar a través de sus ventanas cerrando los ojos y agudizando el oído en busca del rumor de estanques y fuentes. Enrique Redel siempre nos llevaría al Realejo donde siempre echaré en falta a alguien en un balcón de una segunda planta, con la bata y la sonrisa puestas, agitando la mano, tal vez. En otro tiempo, podríamos haber terminado tomando cañas que nos tiraría Pepe Calero en el 89 o sentados en la plaza de San Andrés contándote una leyenda de fantasmas que cuentan sobre la casa de Los Villalones, un pequeño palacio muy cerca de allí... Podría haber sido un paseo matutino, si hubiéramos faltado a clase en el instituto y tu y yo nos hubiéramos conocido en aquella época. Yo odiaba la física, tú las matemáticas y ambos, tal vez, habríamos descubierto una química distinta a la sombra de las callejas estrechas.

7 comentarios:

Guaju dijo...

Calle del Trueque... qué nombre más bonito... y ya si cambian besos por sonrisas, tiene que ser simplemente genial...

Y no sé porqué me he acordado de una calle de Granada... calle de los Abrazos...

Sigo vagando por tu ciudad...

Un abrazo, ciudadano...

Ciudadano B dijo...

Granada también tiene la calle del Beso...

Me gusta encontrarme contigo al doblar alguna esquina o reflejada en algún escaparate de esta ciudad.

Saludos.

Anónimo dijo...

yo tambien paseo contigo por esas calles que nos han vista pasear y correr para ver los pasos de semana santa, de ese Remedio de animas con su Vigen de las tristezas, a los que de no ser por ese horario de tarde que siempre desdeñe, acompañaria de 10 a 12 y de 4 a 6
y si, yo si entraria en ese palacio de viana, pues ahora tengo mucho tiempo para mi y para esos paseos, hasta llegar a ese Realejo, donde yo, no cerrare mis ojos, pero si miraré un poco más arriba, pues de mudó unos pisos por encima de las esttrellas, desde donde sé, que espera que pase y le mande un hasta luego.
rbh

Ciudadano B dijo...

Ahora, que realmente tienes tiempo para ti, es el momento de demostrarle al mundo lo que vales (como si no se lo hubieses demostrado ya!)... be creative, dad!

A.B.... con nudos de garganta.

Anónimo dijo...

vamos a dejarlosnudos para las corbatas, que para mi quedan para las bodas, pues ya ni para los entierros, que espero que tarden mucho en llegar. besos, papa

Belli dijo...

nos vemos mañana

campanilla dijo...

Casi nunca nadie se da cuenta de los balcones. Es triste, porque caminar con la suela y la mirada pegada al suelo, priva de lugares increíbles que están justamente en frente de ti.

Me ha encantado el paseo.
Gracias.