martes, 17 de marzo de 2009

Escenas de un sábado por la tarde

Las terrazas se llenaban; tazas de café y vasos de cerveza se vaciaban; en la Corredera, una despedida de soltero traía al novio vestido de gitana barbuda con peluca rosa; el sol caía a plomo sobre el asfalto, se satisfacía el deseo de la multitud después de un invierno largo, el calorcito bañaba las fachadas y resbalaba a ras de calle, donde las camisetas de manga corta, las faldas y los hombros al aire, donde las cañas sudaban la espuma gorda. Alguien dormía la siesta a pierna tendida, otros aprovecharían el poco tiempo que tenían y una pareja, al menos una, miraba el río, disfrutaba de la brisa, la altura y la tranquilidad de una cafetería en horas tempranas de la tarde. Otros estudiarían, alguien llegaría a Urgencias con alguna urgencia y algún coche se escurriría a la sombra de un aparcamiento del centro comercial. La judería se llenaba de extranjeros con sombreros y mapas con calles que siempre serpentean en su contra. Los cines no hacían su agosto en primavera y sí los puestos de caracoles de la Magdalena y Padres de Gracia. Cientos de mensajes SMS volaban invisibles por la atmósfera cálida de marzo y cientos, tal vez miles, de visitantes se besaban al sol. Se derretían los cubitos en los tubos y las tan de moda “copas-balón”, se encendían cigarrillos y miradas, se soltaban suspiros, soplidos, globos al aire; se escuchaba el murmullo de la gente en las calles, alguna música lejana, a veces el aire acariciando los toldos y sombrillas, el tilín-tilín de las cucharillas contra las tazas de café…

Y es que mientras hablábamos, mientras nos colectiactivábamos, planeábamos y proyectábamos,  sucedían tantas cosas que era imposible darse cuenta de todo. Desde aquella mesa del Jazz-café, todo nos era ajeno sin serlo, Jesús tomaba fotos, la aprendiz se encendía un cigarrillo y yo… yo me sentía ser quien quiero ser.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

mi cronista preferido de Ciudad Cordura

www.monjadadaista.blogspot.com

Juan Eme dijo...

qué agradable es saber que el ciudadano aún resiste y existe. aguanta.

Ciudadano B dijo...

Lo agradable, amigo, es saber que uno no camina solo... eso es lo realmente agradable.

Resisto, existo y aguanto.

Saludos cuerdos para los dos más locos de la ciudad-cordura.

Guaju dijo...

Wouuu... Sertirse partícipe de este gran escenario que es la vida...
No hay nada más grato que encajar en el puzzle y, como usted bien dice, si es de la mano de alguien, mejor que mejor...
Sucedían demasiadas cosas alrededor, por eso no sé si me viste esbozar una sonrisa al verte desde la esquina...

Saludos

Ciudadano B dijo...

No te vi, no...

Llevo un despiste...

Saludos.

campanilla dijo...

¿Donde está el famoso Jazz-café?
(será un secreto)

alcuadrado dijo...

Hay cientos de "jazz café" españoleando por el mundo.
Hay cientos de copas vacías esperando ser llenadas.
Hay domingos mágicos en los que resucitas a la orilla de un río.
Ríos de humo, aceras de hielo y vasos de leche cortada.
Yo también me siento quien quiero ser.
Un saludo de ciudadano a ciudadano.