martes, 31 de marzo de 2009

El apagón inesperado

Lo mejor de que haya un apagón en una noche como ésta es la oportunidad que te brinda de leer el libro de turno a la luz de una vela. Cuando vuelve la luz, uno decide que la experiencia merece una entrada.

Lluvia. Las calles oscuras. Los balcones empapados. Y cortinas adentro, una llama tenue ilumina un Mundo de bicicletas, Vitaminas y barrios de gente muerta. La página 70 arde en el sofá cuando se hace la luz (eléctrica), estropeándome el momento oscuro de la noche a oscuras.


1 comentario:

Juan Eme dijo...

da miedo pensar que no haya nadie para darle al botón de encendido/apagado