miércoles, 27 de agosto de 2008

Échame un cable

Échame un cable,
tírame de la lengua,
tiéndeme la mano,
préstame tu hombro.
Tal vez lo necesite
si me ves asomado
al balcón oscuro del cansancio,
con la luz del alma apagada,
desenchufado.

A veces todo son semáforos rojos,
averías imposibles,
cartas de ajuste sin ajustar.

Échame un cable,
con toda confianza,
quizás esté esperando
tu abrazo cálido,
el clavo ardiendo de tu mirada,
la sonrisa mágica
de tu media luna roja,
o tu nombre vibrando
en el bolsillo del pantalón.

A veces una espiral aparece
Y me rindo a ella,
Y giro, y giro… y caigo, y caigo.

Échame un cable,
aunque el naufragio no ocurra aún,
aunque no haya empezado la tormenta,
ni se llenen las calles de charcos.
Nunca aprendí a nadar
en vasos medio vacíos.
Quizás, tal vez, no te lo diga
y tengas que adivinarlo.
Mis silencios, a veces, lo piden a voces.
Poema rescatado (no sé de cuándo)
Saludos.
Que nadie se preocupe... el texto tiene tiempo.

1 comentario:

AngiePython dijo...

Genial eso de rescatar los inicios de los inicios... Está muy bien, pero que sepas que me quedo con ganas de leer más verso tuyo.

Un beso gigante