sábado, 19 de abril de 2008

Agua musical entre las flores


Córdoba, 12 p.m.: Llueve. La ciudad me recibe con el gran diluvio universal de la mañana.

No obstante se me antoja el paseo matutino, unas cañas con jaleo de taberna, centenares de paraguas abiertos al cielo cerrado... sábado de encuentros. Bajaré al centro, sentiré las calles, la gente, los rincones; el ciudadano-b vuelve para ser el que nunca se va, el que siempre regresa, el que siempre se niega a abandonar.

Esta noche toca concierto "Música entre las flores". La organización siempre decide celebrarlo en este mes y al descubierto... sin alternativa en caso de que Abril decida traer sus aguas mil, por lo que sospecho que nos quedaremos sin festival. Lástima, sobre todo, para aquellos que vienen de lejos sin otra motivación. Sentimos que la organización esté desorganizada.

Seguiremos informando. Córdoba, diluvia, informativos entre las flores.

A.B. (Con lluvia en los zapatos)

2 comentarios:

Unknown dijo...

Lamento la húmeda recepción. tu tierra se emociona al verte y llora como una madre. Lamento que vuestras flores queden sin música, espero que eso signifique más tiempo para nosotros... aunque temo abrazado al relog que eso tampoco será posible. También lo lamento por quienes vinieron de lejos... quizá alguien que nunca ha estado aquí y que habita como tu una ciudad cadáver, sepa de lo que hablo.
Gracias a ti por regresar, gracias a ella por quedarse en casa y buscarme por las ventanas.

Juan Eme dijo...

le tengo un especial sentimiento de amor-odio a córdoba, a la que me gustaría ver inundada, y la mezquita amenazada por huracanes y rayos. pero es sólo un clamor estético, de horror cósmico. en el fondo, me sigue gustando pasear por sus calles y encontrarme a la gente, de repente, como si no me hubiera ido nunca. cuando vuelo por el escalextrix inhumano del norte de madrid, siempre pienso, que debajo del cemento, hay palacios y jardines colgantes, que babilonia espera cercana a los subterráneos de córdoba. cuando vuelva, acabaré de germinar. pero mientras, que la parta un rayo y que se incendien todas sus vírgenes.