domingo, 1 de junio de 2008

El espejo: 10 años


Hace unos días me miré al espejo con los ojos de hace 10 años y tuve la suerte de reconocerme.
Analizándome fría y melancólicamente, resulta que tengo las mismas inquietudes de entonces (y otras más que me han ido surgiendo), los mismos deseos, algunos cumplidos ya. Las inquietudes sé que las conservaré, que pelearé por ellas y las satisfaceré. Tener las mismas inquietudes que con 18 años, le puede hacer a uno reflexionar: ¿las conservas porque a) no has hecho nada por cubrirlas o porque b) realmente sigues alimentándolas? Me contesto con la opción b. Probablemente el día que diga adiós a todos seguiré con ellas, más grandes, más felices, más completas... y muy bien alimentadas.
Es cierto que durante los 20 y conforme se acerca uno a los 30, uno va adquiriendo responsabilidades, laborales, sociales y de otras clases, que hacen no tener tanto tiempo como el que se desearía para dedicarle a sus inquietudes. Yo trato de sacarlo de debajo de las piedras.
El mes de Mayo ha sido abrumador. Me llevo dos viajes a Córdoba, una colección de fotos, un volumen de trabajo importante, algún que otro rebujito, unas copas en el Jazz-Café, recuerdos de una "Felicidad Concreta" y el notición esperado durante el último año sobre la independencia de dos personas muy importantes (enhorabuena). La intensa actividad le obliga a uno a dejar de lado esas cosas que hace en su tiempo ocioso... porque parte de tanta actividad ha sido también "ociosa".
Sea como sea, el ciudadano está aquí de nuevo, pasea por esta ciudad para alimentar las inquietudes, para sembrar algunas nuevas, para reconocerse en los espejos, saludar a viejos amigos, decidir las calles por las que quiere pasar, escribir algo medianamente decente (lo intentaré), pasear más, imaginar más, decidir más, cruzar pasos de cebra, recorrer las avenidas, probar los bancos de los parques, adquirir conocimientos, saludar a más gente, conocerme más, tomar los caminos oportunos, y escribir, escribir, escribir más. Y toda la culpa será mía.

Nos vemos en breve. En los bares, las calles, estos lares.

A.B.
Intentando navegar viento en popa a toda vela.
P.D.: Tal vez el Diablo pueda darme clases para mirarme en el espejo.

1 comentario:

Unknown dijo...

recojo el testigo que me invitas a tomar... Habrá lecciones para mirarse al espejo, muy en breve y en tu honor.