domingo, 7 de septiembre de 2014

Compañeros de herida

Te he dejado un abrazo de despedida anticipada, una última mirada conmovida y un tarro colmado de luciérnagas, por si algún día te quedaras a oscuras [romper antes de usar]. Un mundo nuevo te espera al otro extremo de ese vuelo, más allá de aeropuertos y becas de estudios, de maletas prestadas con kilos de más. Más allá de una noche de nervios previa al día de avión, te esperan otras muchas más con un sentimiento extraño anudándose a tu garganta y los cuatrimestres. A partir de hoy, hermana mía, compartimos herida, nostalgia y esperanzas. El desgarro de una amputación visceral y algo romántica, la comunicación virtual, el tobogán de subidas y bajadas de ánimo. Compartimos distancia, pero no dirección, compartimos desarraigo, pero no coordenadas, compartimos esta sensación de vacío en el lugar en el que antes crecía la hierba de las rutinas familiares y los abrazos. A partir de hoy, sangraremos juntos –hemorragia sin remedio –aliviaremos con Ibuprofeno esta cefalea de ausencias y lejanías. Compartimos herida. Sangramos juntos, nos salvamos juntos

2 comentarios:

Ricardo Espinosa Pedraza (Riespe) dijo...

Un saludo admirado desde esta parte del mundo. Hermosas palabras que de lejos no alcanzan a reflejar tanta saudade como la que se puede acomodar detrás de una lágrima...

Ciudadano B dijo...

Gracias, Ricardo. Saludos a esa otra parte del mundo.