martes, 1 de julio de 2014

Lugares comunes: los centros de ciudad

Hemos paseado tantos centros de ciudades que visitábamos por primera vez, que casi he perdido la cuenta. Caminar, mimetizarse en el entorno, descubrir el corazón de las ciudades a través de sus arterias principales, sus plazas con terrazas abiertas al sol, la vida escondida en autobuses urbanos y cafeterías de media mañana.
Hemos paseado tantos centros, incluso los de nuestras propias ciudades, tan distintos ambos, abandonándonos al placer de sentir el bombeo mudo de cada centro, ese correr constante de Madrid, la tranquilidad de los canales de Delft, el bullicio de Venecia o las postales móviles de París, la Grand Place de Bruselas y sus terrazas en días de lluvia, el Bérgamo más medieval, las laderas de San Francisco y su pier 39.
Hemos paseado tantos centros que alguna vez perdimos el norte y acabamos encontrándonos frente a frente con sólo sábanas de por medio. La vida a veces es tachar ciudades de una lista de deseos, recorrer un itinerario de centros de ciudad que nos muestran su epidermis a ras de asfalto. Con ese afán –vivir, después de todo –memorizamos en su día los centros de la cosmopolita Londres, la pequeña Évora o el inmenso Manhattan, la decadente Venecia, la iluminada Lisboa, la Barcelona más gótica. Cada centro deja un boceto esbozado del espíritu de su ciudad, cuelga su intrahistoria de las fachadas, como ropa interior tendida al sol, nos muestra los habitantes y sus rutinas, fiel reflejo de esa vida que fluye de cada portal, cada boca de metro, cada oficina de viernes a mediodía.
Hemos paseado, al anochecer, por el centro de muchas ciudades que hemos descubierto juntos. Todas las ciudades tienen un centro y en todos los centros estás tú.


2 comentarios:

Chary Serrano dijo...

Acabo de descubrir el blog por el grupo de Facebook y me ha gustado.

Ciudadano B dijo...

Gracias, Chary. Bienvenida a esta ciudad...