lunes, 15 de febrero de 2010

Horizonte 2010

Se le acumulan proyectos en el horizonte, como un sol naciente que, a estas horas de la madrugada, ya empieza a calentar motores. Existen viviendas vacías con promesas de habitabilidad y terrazas a levante, vistas a un boulevard que no es el Boulevard, miedos que siempre tendrá, raíces que no llegan a agarrar. Proyectos decorativos, cuotas mensuales, Euríbor, IRPF, final de mes.

Bajo la lluvia piensa en el horizonte.

Piensa también en dos extraños encuentros casuales –o causales, quién sabe –acontecidos con pocos días de diferencia. El primero, un dandy al que jamás había visto y al que conocía de sobra… fugaz, incompleto, una primera toma de contacto para el proyecto que será, que es, que está comenzando a ser. El segundo, virtual, con un habitante que empieza a ser asiduo. El vecino al que nunca se le ve, que vive en las sombras. Nos debemos un café.

Hay un horizonte que esconde futuras luces.

El habitante deshabitado perdió a posta las botas de siete leguas, parsimonioso, el amanecer se hace de rogar, nunca una madrugada fue tan larga… pero tampoco nunca una mañana será tan ilusionante. Estaremos todos para verlo, y no harán falta gafas 3D.

2 comentarios:

alcuadrado dijo...

Muy bueno ciudadano. Cúando quieras nos vemos en el jazz-cafe.

Ciudadano B dijo...

Eso está hecho.

En el jazz-café no será, porque nos pilla algo retirado, pero ya buscaremos algún garito...