lunes, 9 de noviembre de 2009

Checkpoint Charlie


Terminó de cenar rápido y salió a la calle. Se unió a la muchedumbre que avanzaba en dirección al tercer paso fronterizo del muro, donde los "vopos" miraban, sin entender nada, la incomprensible situación y trataban de contactar con sus superiores buscando explicación a aquel mar de personas que se agolpaban.

Entonces se le ocurrió pegarse al muro. Al otro lado todo era desconocido, pero a ciencia cierta mejor. Algunos empezaron a trepar por la pared, ayudándose entre ellos. Al alcanzar la cima, observaban la magnitud del hecho, se sentían protagonistas -por fin -de la historia que deseaban.

Sin encontrar gran oposición, la gente cruzaba el Checkpoint. Él decidió unirse a los de arriba, a los escaladores. Sin apenas esfuerzo, empujado por tres o cuatro manos que parecían miles, ascendió a la cumbre de hormigón. La visión era abrumadora.

Alguien empezó a golpear el muro con una maza enorme que hacía temblar el lugar en el que estaba detenido, disfrutando de aquella noche que guardaría para siempre en su memoria de momentos inolvidables. Un tipo con bigote le echó el brazo por encima del hombro y empezó a saltar a su lado. La fiesta contenida de la libertad. Muchos abajo seguían asestándole golpes rotundos a aquella mole de hormigón que empezaba a resquebrajarse. El muro, él lo sabe, no se cayó. Lo derribaron.

Al día siguiente, la ciudad era más grande y él despertó con resaca en un parque del otro lado del muro.

Hoy descubre que la memoria alcanza 20 años.

2 comentarios:

campanilla dijo...

BERLIN!!!!!!!!!!!!!!


Qué gran ciudad!!!

(Espero que después de caminarla, en un huequecillo, pasaras por el café cinema - hacen unos macchiato impresionantes!!)

Si no, te invito a que vayas la próxima vez! :D

Ay.. que ilusión...

He dicho ya que Berlin es una gran ciudad? Alli aprendí el significado de la palabra
"underground"

Saludos :)

Ve. dijo...

Actualice usted más a menudo!!