Tú
sonreías y te entregabas al atardecer sobre Manhattan desde las alturas. 381 metros
nos separaban del maremágnum a ras de
suelo de la 5ª avenida. Sobre el Empire State, la inmensidad era una brisa
suave, una luz naranja, un sentimiento común que trataban de recoger los
objetivos de las cámaras digitales de todos los turistas. Torre de Babel. En
ese momento, el esperanto son miradas que expresan embriaguez, quizá un
Stendhal sobrevenido, uno nunca sabe qué esperar de un ocaso art decó. Nosotros
sobre el Empire State, su sombra sobre la Gran Manzana y el atardecer sobre nosotros. Nueva York es eso: un
cúmulo de sobreexposiciones. La
cúpula del Chrysler comenzó a iluminarse. Te repetí una y mil veces que aquel
era mi edificio favorito y comprobamos que toda la ciudad era un homenaje al
tiempo, con cientos y cientos de relojes de sol inmensos que albergaban
oficinas, viviendas, habitaciones de hotel, despachos de decisiones
importantes. Miramos más allá y los dos fuimos también relojes de sol, impotentes
de controlar el tiempo, no más que meros testigos de su paso por encima de
nuestras cabezas, de la sombra que proyectamos en los otros, de la otra vida
que llevamos en las nocturnidades y las alevosías. La ciudad fue mutándose, cambiando su piel de tacto
solar por farolas encendidas y carteles de neón. Las avenidas, autopistas de
estrellas fugaces; y el Chrysler iluminado, altivo, reluciente su cúpula con
los tapacubos gigantes más bellos del mundo [te repetí una y mil veces que
aquel era mi edificio favorito] adornando la ciudad en un ocaso que no era el
ocaso, sino un renacer a la noche, como si la noche siempre hubiera estado
allí, reinando en las alcantarillas y sus penumbras, concediéndonos el falso honor
de ser, día tras día, relojes de sol, meros instrumentos del tiempo y las
sombras.
1 comentario:
Todos los que vimos "demasiadas" películas y nos quedamos encerrados en los moteles de carretera de Edward Hopper. Quién dice que nunca podré pagarme un billete... quién dice que mi vida no es una road movie... quién dice... quién...
Los mismos lugares... Siempre...
hontosam Cordura sept 2012
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