Pasaba
la facultad de Derecho, tomaba Barrionuevo, atravesaba el Tinte para llegar al
río. Pedaleaba despacio, el viento en la nariz. Eran las ocho y media de la
mañana. La Ribera, a esas horas, era una bocanada de aire fresco. En el walkman –porque aún había
walkmans – I’m born again. In an interstellar burst, I am back to save the
universe. Río abajo, la ausencia de Miraflores, el
reinado de los ojos romanos, observando, envejecidos, el paso de las aguas
revueltas. La albolafia, serena, inmóvil, a la espera de alguna crecida…
Después, la cuesta del Botánico; a la derecha, el Zoológico, aún por resucitar.
La bicicleta agradecía el fin del trayecto.
Yo
no.
Ir a
la facultad era entonces –tan entonces –otra excusa –innecesaria –para
recorrerte.
Obra de Manuel Castillero http://manuelcastillero.com/artista.php |
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